RESTAURANTE DASSA BASSA

2003
Darío Barrio, cocinero y amante de la vida. Conseguidor de todo lo que se propusiese, involucra con su pasión a sus hermanos Hector Barrio, arquitecto, y Silka Barrio interiorista, para que interpreten y den forma a uno de sus sueños. Crear un restaurante. Dassa Bassa.
Si la elaboración de un buen plato de cocina exige Esencia, Medios, Presencia y Beneplácito del Consumidor final en un completo equilibrio de factores, la creación del marco arquitectónico envolvente se contagia de idéntica exigencia.

Aprovechando la singularidad del local, de 454 m2 de superficie total, el Proyecto arquitectónico que se plantea pretende la distinción entre las dos plantas con que cuenta: La planta baja se concibe como el escaparate, o la presencia exterior de la actuación. Suelo realizado con grandes planchas de aluminio. Una barra enmarcada por un mural impreso en charol en el que está representado Darío y sus amigos cocineros refleja la imagen exterior de Darío Barrio, lo que la gente ve; amistad, generosidad, carisma, dinamismo, humor, belleza. Es el arte de recibir.

Mientras que en la planta sótano el proyecto arquitectónico es acorde con la personalidad interior y equilibrada del cocinero. Sencillo, sin ornamentaciones, que lo necesario sea potente pero útil, práctico, no queremos más que lo necesario. Se aprovecha el juego de las bóvedas de ladrillo existentes y de sus espacios compartimentados para resaltar un marcado carácter personalista e intimista.

RESTAURANTE DASSA BASSA

FECHA

2003

sobre el proyecto

Darío Barrio, cocinero y amante de la vida. Conseguidor de todo lo que se propusiese, involucra con su pasión a sus hermanos Hector Barrio, arquitecto, y Silka Barrio interiorista, para que interpreten y den forma a uno de sus sueños. Crear un restaurante. Dassa Bassa.

RESTAURANTE DASSA BASSA

Si la elaboración de un buen plato de cocina exige Esencia, Medios, Presencia y Beneplácito del Consumidor final en un completo equilibrio de factores, la creación del marco arquitectónico envolvente se contagia de idéntica exigencia.

Aprovechando la singularidad del local, de 454 m2 de superficie total, el Proyecto arquitectónico que se plantea pretende la distinción entre las dos plantas con que cuenta: La planta baja se concibe como el escaparate, o la presencia exterior de la actuación. Suelo realizado con grandes planchas de aluminio. Una barra enmarcada por un mural impreso en charol en el que está representado Darío y sus amigos cocineros refleja la imagen exterior de Darío Barrio, lo que la gente ve; amistad, generosidad, carisma, dinamismo, humor, belleza. Es el arte de recibir.

Mientras que en la planta sótano el proyecto arquitectónico es acorde con la personalidad interior y equilibrada del cocinero. Sencillo, sin ornamentaciones, que lo necesario sea potente pero útil, práctico, no queremos más que lo necesario. Se aprovecha el juego de las bóvedas de ladrillo existentes y de sus espacios compartimentados para resaltar un marcado carácter personalista e intimista.

RESTAURANTE DASSA BASSA

Si la elaboración de un buen plato de cocina exige Esencia, Medios, Presencia y Beneplácito del Consumidor final en un completo equilibrio de factores, la creación del marco arquitectónico envolvente se contagia de idéntica exigencia.

Aprovechando la singularidad del local, de 454 m2 de superficie total, el Proyecto arquitectónico que se plantea pretende la distinción entre las dos plantas con que cuenta: La planta baja se concibe como el escaparate, o la presencia exterior de la actuación. Suelo realizado con grandes planchas de aluminio. Una barra enmarcada por un mural impreso en charol en el que está representado Darío y sus amigos cocineros refleja la imagen exterior de Darío Barrio, lo que la gente ve; amistad, generosidad, carisma, dinamismo, humor, belleza. Es el arte de recibir.

Mientras que en la planta sótano el proyecto arquitectónico es acorde con la personalidad interior y equilibrada del cocinero. Sencillo, sin ornamentaciones, que lo necesario sea potente pero útil, práctico, no queremos más que lo necesario. Se aprovecha el juego de las bóvedas de ladrillo existentes y de sus espacios compartimentados para resaltar un marcado carácter personalista e intimista.