Huerta de Carabaña encarna la esencia de una vida arraigada en la tierra, la huerta, la tradición y las experiencias auténticas del campo. Sin embargo, el reto de expresar esta identidad se hizo patente al observar que sus tres restaurantes previos no reflejaban su verdadero carácter. «Si tienes una forma de entender la cocina, un carácter y una personalidad, tu restaurante debe reflejarlo,» nuestro diseño del restaurante invoca memorias del campo, evocando olores y colores de las flores, mientras adopta el calmado tono de la tierra, emulando la simplicidad y belleza del paisaje rural. La presencia de este restaurante dentro de El Corte Inglés pretende un impacto singular, ofreciendo una sala que transporta a los comensales al campo mediante sus olores y ambiente. La transformación es tan profunda que el espacio parece más un salón de una masía de campo que un segmento de grandes almacenes. Paredes tratadas con revoco arcillosa y un friso de artesonado de madera de pino confieren una autenticidad rústica con materiales populares, mientras que nuestra lámpara de araña de madera camuflada en un techo de aislamiento visto aporta un toque de ficción y humor, irradiando una luz indirecta que invita a la intimidad y naturalidad. Manteles bordados a mano, jarrones con alma recuperados como joyas familiares y abundancia de flores silvestres completan el cuadro, creando un oasis de tranquilidad y conexión con el campo. Al diseñar el nuevo espacio dentro de El Corte Inglés, nuestro objetivo fue crear un entorno que no solo perpetuara el legado de Huerta de Carabaña, sino que también resonara con esa vida sencilla y auténtica a la que aspiramos. Este ejercicio de diseño no se trató meramente de estética, sino de un profundo compromiso con los valores de sostenibilidad y respeto con nuestro medio ambiente. La simplicidad no debe confundirse con la falta de intención o significado; por el contrario, es la expresión más pura de nuestra esencia. La decoración recargada no tiene cabida en un espacio que busca honrar la tierra; el restaurante debía ser un reflejo genuino de su origen, donde cada elemento sirviera para contar su historia.